LA ignorancia siempre fue desconfiada. Y no pretendo colocar un estigma ni hacer un juicio de valor sobre la condición de nadie; hablo simplemente del desconocimiento de una realidad. La economía siempre ha sido considerada una ciencia críptica por el común de los mortales, y sus aspectos financieros mucho más. En tiempos como los que corren, para una parte nada desdeñable de la población, los telediarios se han convertido en ese cúmulo de noticias incomprensibles en el que se anhela encontrar una frase mínimamente clara que permita sacar conclusiones rápidas, sin tener que esperar a que el relato concluya para ver el rictus del presentador y deducir de él cuál es el estado de la cuestión.