Desde mi córner

Luis Carlos Peris

Una pretemporada rica en incógnitas

AFIRMA rotundamente Miguel Guillén que su equipo, el Real Betis Balompié, le transmite muy buenas sensaciones. Por supuesto que esas buenas sensaciones vendrán del trabajo de pretemporada y de los resultados conseguidos, no todos, claro. Y esas buenas sensaciones deben haberle llegado por conducto preferente, ya que lo cierto es que el presidente ha visto al equipo lo mismo que lo ha visto la afición, poco y por no decir nada.

Si a Guillén le emite el equipo buenas sensaciones, mejor será creer que averiguar, pero la verdad del cuento es que el bético de a pie se encuentra in albis y con la incertidumbre instalada en lo más hondo. Un verano más la pretemporada del Betis está transcurriendo de forma casi clandestina. Lo poco que se ha visto son jugadas aisladas recogidas en vídeos domésticos que después se propagan por la red, pero tan pírrico material no da para conclusiones rigurosas.

Está también la información de segunda mano, que es la que llega de las crónicas de esos enviados especiales que hacen de hombre orquesta y que caben en un taxi. Por todo esto hay que convenir en que los hilos informativos de Miguel Guillén deben ser tremendamente efectivos y ciertamente prolijos. De otra manera no se terminaría de entender por qué abriga tan buenas sensaciones y es tan alto su optimismo de cara a la durísima temporada que nos aguarda.

Sensaciones positivas, pero sin una explicación argumentada y rigurosa. Por lo pronto, el rico parte de bajas nos dice que Rubén Castro está entre algodones para la Liga y no sé si estar entre algodones es la mejor preparación con vistas a algo. También que ese medio centro que haga la raya y que el Betis tampoco tuvo el pasado curso no termine de cuajar es para tocarse la ropa. Pero, bueno, si el presidente dice que las sensaciones son buenas, adelante y que no decaiga.

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