La ciudad y los días

Carlos Colón

Con el pretexto de la literatura

LO de la edil de IU Josefa Medrano y el homenaje a Foxá es una reedición minúscula de la bronca francesa montada con ocasión del cincuentenario de la muerte de Céline.

Cada año diversos colectivos proponen las figuras cuyo nacimiento o muerte se conmemorarán oficialmente. Tras pasar por comités de expertos los nombres aprobados se trasladan al ministro de Cultura, quien tiene la última palabra. En el caso de Céline, reconocido como uno de los escritores franceses más importantes del siglo XX y el más traducido tras Proust, la propuesta partió de académicos que, como Henri Godard y Frédéric Vitoux, se basaban en los méritos literarios del autor -"la creación artística es un valor que reconocemos incluso cuando no coincide con nuestros valores morales o incluso cuando los contradice"- y en la imposibilidad de separar al gran escritor del repulsivo personaje: "Sacarlo del catálogo de los conmemorables no impedirá que Céline haya escrito horrores y a la vez sea uno de los mayores escritores franceses".

Cuando el ministro aprobó la propuesta estalló el escándalo. "Puso su reconocido talento literario -declaró el presidente de la Asociación de Hijos e Hijas de Deportados Judíos de Francia- al servicio de una causa abyecta, haciendo llamamientos al asesinato de los judíos durante la ocupación nazi de Francia". La literatura es la literatura y la realidad es la realidad. La primera tiene una libertad absoluta, pero cuando se cruza con la segunda tiene también una responsabilidad absoluta. Y el antisemitismo de Céline, desplegado en su forma más virulenta en 1937 con Bagatelas para una masacre, se cruzó con el exterminio de seis millones de judíos. A partir de ahí la cosa ya no es sólo cuestión de literatura. El ministro lo entendió así y suspendió las conmemoraciones oficiales. "Céline -dijo- figura en la colección de la Pléiade, que es el verdadero altar de la literatura francesa, y merece todas las celebraciones literarias por su genialidad incontestable; pero al haber puesto su pluma al servicio de una ideología repugnante no encaja con el principio de las Celebraciones Nacionales".

Lo de Foxá no es exactamente lo mismo. No se trataba de un reconocimiento oficial, sino del uso de un local público. Mal hecho por parte de quien gobierna para todos los ciudadanos, coincida o no con su ideología. Pero creo que se está exagerando judicialmente la cosa y que si hubo un trasfondo político extra literario en la prohibición también lo había en la convocatoria. Algo viejo, herrumbroso, podrido y coagulado se dirime bajo esta cuestión con el pretexto de la literatura.

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