HUBO una vez que en los prolegómenos de un partido de la Copa Davis en Australia y con los dos equipos formados para escuchar los himnos patrios, en vez de sonar la Marcha Real saltaron las notas del Himno de Riego. La cara de estupor de Alex Corretja, Juan Carlos Ferrero o Carlos Moyà fueron unos poemas, pero nada tan esperpéntico como lo sucedido antier en Glasgow. Fue en los prolegómenos del Colombia-Corea del Norte de fútbol femenino y cuando era presentado el equipo asiático lució la bandera de Corea del Sur. Parece que hubo hasta quien necesitó el frasco de las sales para paliar el sofoco, que vaya castaña con la equivocación. Sumidos ambos países vecinos en una guerra larvada desde que se cerrase en falso la conflagración de principio de los años 50, las cosas no están como para una equivocación así, que a ver qué consecuencias tiene visto el sentido del humor de los norteños.
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