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La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

La primera víctima

La Semana Santa de Sevilla es tan depredadora de ella misma como los salmantinos creen que lo es de la suya

El compañero Fernando Pérez Ávila informaba del sofocón del obispo y el presidente de la Junta de Semana Santa de Salamanca porque las procesiones de su ciudad se están sevillanizando. "Los jefes de paso utilizan en sus desfiles un marcado acento andaluz -dice el hombre, consternado-. No se entiende que el resto del año se hable con normalidad, y en ese día concreto se utilice un acento que nada tiene que ver con la ciudad en la que vivimos". No se agobien ustedes, miarma, que en Sevilla sucede lo mismo.

Son muchos los sevillanos que todo el año hablan un andaluz normal y así que se ponen el costal empiezan a hablar un remedo de andaluz agroproletario, como si se creyeran antiguos costaleros del muelle fotografiados por Serrano asomándose bajo los faldones recogidos. El resultado es ridículo por forzado y exagerado. Además, desarrollan unas portentosas facultades vocales para responder a la llamada del capataz-pregonero. "¡Fulano!", dice el del martillo; y el de abajo, para delicia de sus devotos, brama un "¿Queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeé?" interminable; como si en vez de pulmones tuviera fuelles dignos de uno de esos solos de corneta perpetrados por quienes se tienen por tan herederos del brigada Rafael como los neocostaleros creen serlo de los cernudianos gallegos de la plaza de Pan y los cargadores del muelle.

Lo que desconocen el obispo y el presidente salmantinos es que la Semana Santa de Sevilla es tan depredadora de ella misma como ellos creen que lo es de la suya; que se devora a sí misma como si fuera un uróboro, la serpiente que engulle su propia cola; que se degrada en la espiral imbécil de una autoimitación que, por forzada, es cada vez más hortera. ¿Se pone de moda Ojeda? ¡Al cuerno las Antúnez! ¿Visten una imagen con túnica lisa? ¡Fuera las bordadas (moda agravada en los 60 por la horrenda austeridad testimonial pos-Vaticano II)! ¿Las agrupaciones musicales y bandas de la sopa encabezan el jitparei de las marchas? ¡Fuera cornetas y tambores! ¿Una hermandad cambia su severa dolorosa por otra "guapa" y aniñada? ¡Fuera las antiguas! ¿Otra estrena un canasto ultrabarroko, basto y afrutado? ¡Fuera los pasos decimonónicos!

Sepan los salmantinos que la primera víctima de Sevilla es ella misma. Y eso que todavía no les ha llegado el tufo a naranja y bergamota con corazón florido adornado con rosa y jazmín, y broche final de vainilla y sándalo. ¡Qué bestia!

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