La encuesta que publicábamos ayer demuestra que la estrategia seguida por el PSOE desde Zapatero hasta Sánchez ha triunfado. La ideología puede más que la realidad, la adscripción más que el análisis, la propaganda más que los hechos. Se ha dado vida a base de descargas eléctricas propagandísticas al Frankenstein de las dos Españas -literalmente hecho con los muertos de nuestra trágica historia-, intentando reducir la realidad social a un esquematismo superado desde la Transición, que representó el triunfo de la tercera España masacrada por los totalitarismos de todo signo en los años 30. A esta realidad el PSOE de Zapatero y Sánchez le ha retorcido el brazo para rentabilizar la simplificación de las dos Españas. Puro humo, desde luego. Pero, como cantaron Irene Dunne y The Platters, el humo ciega los ojos.

Esta tercera España es la que desde la Transición vota mayoritariamente al PSOE y al PP, con los posteriores añadidos de UPyD y Cs. Y la que en nuestra encuesta le da al PSOE, al PP y a Cs el 56,4 de los votos mientras los extremos de Vox y Unidas Podemos obtienen el 27. Lo que ha cambiado, y no para bien, es que el PSOE haya metido a Unidas Podemos en el Gobierno de España y que venga haciendo lo posible por resucitar las dos Españas para sobrevivir pese a los graves errores que cometa (y los referidos a la pandemia son evidentes: ni el número de fallecidos se sabe), las mentiras que propague o las tropelías que protagonice (estos días el affaire Marlaska se está llevando por delante lo que haga falta). Con esta simplificación, el actual PSOE -una caricatura de lo que fue y representó desde 1974 a 1996, sombras incluidas- ha logrado que muchos ciudadanos muerdan el anzuelo de que es la única opción de libertad, progreso e igualdad frente a una derecha franquista, reaccionaria, plutócrata, xenófoba, insolidaria, de palo de golf y cuchara de plata.

Es un éxito incuestionable de la propaganda potenciado por la debilidad de liderazgo del PP, el hundimiento de Cs y el éxito de Vox que tan bien viene para meter a toda la derecha en el saco de la extrema. Mientras el PSOE logra vender que gobernar con Unidas Podemos y pactar con Bildu no le ha degradado a izquierda populista o extrema. Se cumple lo de que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad de Goebbels, quien también recomendaba achacar al adversario los propios errores y responder al ataque con el ataque.