EL secretario general del Partido Comunista de Andalucía -fuerza mayoritaria en el seno de la coalición Izquierda Unida- ha propuesto la formación de un bloque social y político que dispute la hegemonía a los partidos actualmente mayoritarios en las elecciones municipales y generales próximas. De aprobarse la iniciativa por IU Andalucía se produciría un cambio relevante en el panorama político de esta comunidad autónoma. La coalición seguiría formando parte del Gobierno bipartito en la Junta, donde controla la Vicepresidencia y tres consejerías, a la vez que reorienta su estrategia tratando de aglutinar a movimientos y partidos de la izquierda radical, singularmente los indignados de Podemos, para combatir lo que el líder comunista llama expresamente el "bipartidismo monárquico", uno de cuyos integrantes es precisamente el PSOE con el que IU gobierna en Andalucía. Hay que subrayar que el bloque que pretende crearse se propone conquistar como objetivo prioritario la apertura de un nuevo proceso constituyente, es decir, la superación del sistema democrático traído por la Transición, que tanta libertad y progreso ha proporcionado a los españoles. El secretario general de los comunistas no se recata en titular su ponencia con el epígrafe de "Por un frente popular para la revolución democrática", con notables reminiscencias del pasado más sombrío de la historia contemporánea, aquel que desembocó en una guerra civil y un régimen dictatorial que solamente la Transición, interclasista e interpartidista, logró dejar atrás. Da la impresión de que algunos sectores más dogmáticos de IU, procedentes del PCA más joven, se han acomplejado ante la irrupción electoral de Podemos y estiman que para evitar su competencia lo que deben hacer es asumir sus planteamientos de radicales callejeros al precio de convertir a la tercera fuerza política del país en un grupo antisistema con una concepción utilitaria de la democracia. Ahora bien, los avances de Izquierda Unida en esta región, que le han permitido acceder al poder por vez primera desde su constitución, se han producido cuando ha moderado su discurso, dotándolo de un pragmatismo que ahora está en peligro de desaparecer. Los dirigentes más lúcidos de IU, con su coordinador regional, Antonio Maíllo a la cabeza, han de velar por el mantenimiento de las señas de identidad de la coalición e impedir que ésta se despeñe por la vía del radicalismo y la irracionalidad. La propia continuidad del Gobierno de la izquierda en Andalucía depende en buena parte de que los dos socios, aunque divergentes, coincidan en la defensa de la Constitución y el reforzamiento de la democracia.

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