SE celebran el próximo domingo las elecciones a secretario general del PSOE en un momento crucial para el propio partido y para esta maltrecha democracia que lleva demasiado tiempo en crisis, como sabemos y se ha constatado en las elecciones europeas.

El primer ministro italiano, Matteo Renzi, en sólo cuatro meses desde que accedió al Gobierno, ha sido capaz de tener los mejores resultados de todos los partidos socialistas o socialdemócratas de la UE y acaba de hacer un discurso ilusionante en el Parlamento europeo, pidiendo con energía "recuperar el alma de Europa" para dejar atrás la crisis", recordando que "ésta se rige por un pacto de estabilidad y de crecimiento, que nunca fue de estabilidad a secas" y advirtiendo de que "Europa pertenece a los europeos y no a los banqueros alemanes". Ha devuelto la esperanza a millones de italianos y ahora tiene que devolvérnosla a los europeos. No es ningún izquierdista peligroso, pero sí con un discurso necesario para recuperar la confianza perdida.

Ninguna elección es por sí misma una varita mágica que solucione los muchos problemas existentes, pero sí puede ser un punto de inflexión en la recuperación de esa confianza perdida. Acabar con las desigualdades no se hace en un momento, pero ofrecer propuestas para cómo hacerlo, sí. Sin olvidar los errores cometidos, hay que defender lo mucho realizado para que la política vuelva a ser "un ejercicio noble, útil y necesario" (Ignatieff).

Hacen falta propuestas y liderazgo, porque las ideas las transmiten personas capaces de interesar a la gente, sin que se pierda el sentido común. En la izquierda responsable, no populista, nuevos y diversos liderazgos, con nuevas propuestas, están renaciendo. España necesita un partido de izquierdas, alternativa de gobierno, por el bien de la ciudadanía, que trabaje para ella, creando empleo y restableciendo el bienestar perdido. El nuevo líder del PSOE tiene que proponer ese proyecto mayoritario e ilusionante que retome la iniciativa y frene la política tramposa de este mal Gobierno, recuperando, como ha hecho Susana Díaz en Andalucía, la unidad de tod@s los socialistas en torno a ese proyecto de mayoría necesario. Tengo un candidato, lo he dicho, pero lo que más deseo es que, gane quien gane, acierte en las propuestas e integre a todo el partido. Que no se repita lo que pasó tras el congreso de Sevilla. De aquellos males…