Visto y Oído

Antonio / Sempere

La pública

CUANDO uno creía estar curado de espanto contra la belleza, llega una edición de Cuando los elefantes sueñan con la música dedicada a Frank Sinatra cantando a Antonio Carlos Jobim, y te desarma. El único trabajo firmado por la voz con el nombre completo de Francis Albert Sinatra nos desarma, y los comentarios de Carlos Galilea apuntalan una hora de radio para el ensueño. Son tesoros que sin la radio pública no existirían. Rincones, espacios, islotes casi siempre remotos, que contribuyen a hacernos mejores personas. Territorios para diletantes que debemos defender con uñas y dientes.

Estreno julio en los Cursos de Verano de la Complutense, y hasta San Lorenzo de El Escorial se han trasladado los responsables de RNE para celebrar los 20 años de existencia de R5 Todo Noticias. Otro de los huecos, el de la información continua, que quedaría al descubierto sin la comparecencia de la radio pública.

A lo largo de la semana leo en confidenciales y en medios que no lo son tanto que la Corporación RTVE está poco menos que en quiebra. Unos hablan de quiebra inmobiliaria. Otros de quiebra moral. Y nos restriegan en las narices que la SEPI 'rescata' del hundimiento a la Corporación con su inyección de millones. No leo ni escucho a nadie que no esté directamente implicado en la casa una defensa a cara descubierta. Y me duele.

¿Y si yo dijera que, a pesar de todos los pesares, de los recortes y de las tribulaciones, los contenidos que actualmente ofrece la Corporación en sus canales televisivos, radiofónicos y a través de su inmensa web bastarían para formar, informar y entretener a un ciudadano exigente, culto y formado? Pues dicho queda.

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