Mañana será ella, Virgen de la Estrella. Si hoy es Santa Bárbara y ya sabemos que sólo nos acordamos de ella cuando truena, mañana será el punto de partida para un sinfín de movimientos migratorios, que vaya tela cómo es de largo el puente que empieza en este jueves. Puente para solaz de esos expertos en ingeniería escaqueante y sin necesidad de aguzar el ingenio que les permite enlazar unos festivos con otros a fin de tomarse las enésimas vacaciones del año. Mañana empiezan unas idas y venidas en masa para una vuelta fijada en el martes, que es cuando no hay más remedio que volver a la realidad. Un puente de cinco días da para mucho y si ya en cualquier fecha, Sevilla se pone hasta la corcha, a partir de mañana estará intransitable. Claro que también se producirán bajas, pues ya se sabe que las migraciones no están cortitas de partidarios.