Desde mi córner

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Diez puntos separa a dos que buscan lo mismo

El Valencia-Sevilla de esta tarde es una clara oposición a ese premio gordo de la cuarta plaza

Diez puntos por debajo del Sevilla, el Valencia continúa siendo un enemigo directo para alcanzar la anhelada cuarta plaza de LaLiga. En nuestra competición más importante, la cuarta plaza tiene carácter de premio gordo para la clase media del fútbol español y ahí se hallan claramente incardinados los dos rivales que van a colisionar en Mestalla así que den las cuatro y cuarto en punto en todos los relojes a la orilla del Turia.

El curso último le ganó la partida el Valencia al Sevilla tras un considerable periodo de superioridad sevillista, gol de M'Bia incluido en aquel descuento que significó el pase a una gloria más de la tropa nervionense. Hogaño discurren las cosas muy boyantes para el Sevilla y con atribulaciones varias para un Valencia que tiró de cartera de forma considerable. Y no es que el Sevilla fuese de austero en este verano, pero da la impresión de haber hecho más coherentemente las cosas.

Diez puntos de distancia es un trayecto a tener muy en cuenta cuando ya se ha superado el primer tercio del torneo. Acortar esa distancia es fundamental para el equipo del murciélago, de ahí que se esté creando un ambiente hostil y hasta irrespirable ante la visita del Sevilla. Y la cosa es que tampoco da mucho pie a la confianza lo último que la tropa de Machín ha recitado, pues si a Vitoria llegó una hora tarde, con el Villanovense no mostró, por cierto, una solvencia como a tener en cuenta.

Dicho lo cual no podemos abstraernos de que un Valencia-Sevilla siempre es apetitoso. Se trata de uno de esos clásicos que depara la historia de la Liga y ni siquiera los diez puntos que actualmente los separan están legitimados para dictaminar quién parte de favorito. Un problema añadido para el anfitrión está en la falta de gol que tanto lo lastra, todo lo contrario de la efectividad que el Sevilla anda mostrando en las botas de Silva y, sobre todo, de Ben Yedder, ese depredador.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios