La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Una ratonera no sólo para huir de ella

Tremendo cómo están los alrededores del Tremendo, ese santuario de comercio y bebercio que regenta mi amigo Paco en el populoso Pío XII. Inutilizada para el tráfico la Avenida de la Cruz Roja, no sólo esa arteria está fuera de cobertura sino también un puñado de calles adyacentes que conforman los daños colaterales de una medida desmedida. Los rodeos para entrar y salir a la zona son tremendos y los cambios de sentido te meten en un galimatías ya similar al que supone escapar de Triana tras la feliz peatonalización de San Jacinto. Y ya no le digo la proeza que supone encontrar un aparcamiento. Para el automovilista se ha convertido esa poblada zona en una ratonera de la que no sólo es complicado escapar, sino entrar. Es, al parecer, la factura que hay que pagar en esta ciudad que llamaron de las personas y en la que el automovilista no es tratado como tal.

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