El balcón

Ignacio / Martínez

El reajuste

HOY es la segunda etapa del reajuste nacional, tras las europeas. Primero se fue Rubalcaba, cuyo sustituto eligen hoy los militantes del PSOE. El segundo fue el Rey, con la rápida proclamación de su hijo. El PP intenta seguir la estela; ha lanzado un plan de regeneración, que causa escepticismo al incluir una fórmula para elegir alcaldes que parece un intento desesperado para conservar decenas de poltronas. ¿Aceptaría Wert que un 4 fuese aprobado o valga para una beca? No. Pues el Gobierno quiere que sea alcalde con mayoría absoluta quien saque el 40%. Nada regenerador. Y Rajoy también ha restablecido la comunicación con Cataluña.

Todo se mueve. Hoy entre los socialistas, aunque de los tres candidatos a secretario general conocemos más sus fotos que sus planes. La mayor parte de los aparatos regionales, encabezados por Andalucía, han apostado por Pedro Sánchez. (También la prensa nacional más conservadora, aunque esto debe ser una coincidencia). En este asunto Susana Díaz ha hecho bien una cosa y otra mal. Renunció a postularse para jefa del PSOE, ante el empeño de Madina por ser candidato. Para no correr el riesgo de un triunfo moderado, la líder andaluza prefirió dejar pasar la oportunidad. Bien hecho; para hacer carrera ascendente necesita una victoria electoral autonómica. Y lo tiene fácil, por su indudable tirón popular y la ausencia de adversario.

La mala es que ha dicho que era neutral sin serlo: el núcleo duro del susanismo le ha pasado factura a Madina y se ha volcado a favor de Sánchez. La última vez, ayer en Sevilla. Este "digo que soy neutral, pero no lo soy" no es nada transparente. Decir una cosa y hacer la contraria es propio de los tiempos antiguos, que contribuyeron a cimentar la idea de que los políticos mienten porque está en su naturaleza.

La comunicación abierta entre Rajoy y Mas se produce en la recta final del desafío soberanista. A ambos les conviene un empate para salvar la cara. Mas va a sacar la ley catalana de consultas con el voto del PSC y la sola oposición de PP y Ciudadanos. El Gobierno la recurrirá y Cataluña no podrá convocar un refrendo independentista el 9 de noviembre. Entretanto el 18 de septiembre se celebra el referéndum escocés… La opinión más extendida es que no habrá consulta catalana con cajas de cartón en la calle, como en Ucrania. Aunque quizá sí una convocatoria ciudadana ante los colegios electorales, con pancartas que digan queremos votar. Y al día siguiente ambos presidentes tendrán que gestionar sus triunfos y ambiciones.

Si la solución es financiera, para acabar con la queja España nos roba, habrá que ver lo que dicen los presidentes regionales. El PSOE lleva meses hablando de federalismo sin despejar si será asimétrico, con financiación privilegiada para vascos, navarros y también catalanes. Si los intereses generales de España y Andalucía no son coincidentes, la presidenta Díaz tendrá que pronunciarse sobre ese reajuste capital. Con transparencia.

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