ANDALUCIA ha cerrado 2008 con 208.561 parados más hasta llegar a la aterradora cifra de 719.378 desempleados. En vez de asumir este dato y convocar a las fuerzas políticas y sociales a un gran esfuerzo común para hacer frente a los 719.378 dramas personales que existen tras la frialdad de esos números, el consejero de Empleo, Antonio Fernández, ha incurrido en el manido error de los políticos de edulcorar la realidad para hacerla más digerible. Así, ha asegurado que las políticas específicas de empleo de la Junta "están dando sus frutos" (¿?), por dos razones: 1ª) que Granada y Jaén han sido las únicas provincias donde descendió el número de desempleados en diciembre; 2ª) que el incremento del paro en Andalucía se ha situado 6 puntos por debajo de la subida media nacional. Efectivamente, en Jaén y Granada no ha subido el paro, pero, para qué engañarnos, gracias a la campaña de recogida de la aceituna, un salvavidas meramente coyuntural, como demuestra el hecho de que aun así cierran el año con un 23,99% y un 47,52% más de parados, respectivamente. La segunda tesis del consejero, la menor subida que la media nacional, es el autoengaño equivalente al mal de muchos y al no ver la viga en el ojo propio. Cuando el paro es sistemáticamente tan elevado en una comunidad como la nuestra, llega al punto en que porcentualmente crece menos que en otras porque previamente ha subido ya muchísimo más y le queda menos recorrido. No hagamos como en la fábula del dedo y la Luna: que por mirar sólo al mes de diciembre, tal como nos invita a hacer el consejero, perdamos la perspectiva de todo el año 2008, al que se refiere el balance del Ministerio de Trabajo. Y en el último ejercicio Andalucía ha sufrido un incremento de 208.561 parados, cifra que supera al número de habitantes de las ciudades de Almería, Cádiz, Huelva y Jaén y que supone un 40,83% más. Del casi un millón de nuevos parados españoles, el 21% son andaluces, y Andalucía tiene prácticamente uno de cada cuatro parados de España. Con estas magnitudes, decir que la política de la Junta está dando sus frutos suena a frivolité. Los frutos son tan amargos que su sabor no puede neutralizarse ni con kilos de edulcorante.

Tags

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios