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Carlos Colón

Cuando la realidad parece broma

YA conocen el caso. Pero, pese a conocerlo, seguro que no se lo acaban de creer. Parece una de esas fábulas de ciencia ficción pesimista que nos contaban los dramáticos de Jaime de Armiñán, Antonio Mercero o Chicho Ibáñez Serrador en los que la gente se hundía en el asfalto entre la indiferencia general o se quedaba encerrado en una cabina telefónica. Pero resulta que este caso es real pese a ser increíble.

Unos padres jiennenses castigan a su hija de 16 años sin salir. La niña, ni corta ni perezosa, llama a la Guardia Civil para denunciarlos. La Guardia Civil -ojú que miedo, gachó- se toma en serio la llamada y se persona en el domicilio, deteniendo a los padres ante "la posibilidad de que se tratara de una conducta delictiva que atentaba contra el deber familiar de proteger a un menor". La joven fue traslada a un centro de menores de la Junta.

Así que ojo. Si le dan un cachete a uno de sus hijos pueden ser denunciados por malos tratos, como le sucedió a una madre de Pozo de Alarcón que por esa razón fue detenida y condenada a una orden de alejamiento y prisión. Si le castigan sin salir pueden ser denunciados por un delito de detención ilegal. Si le castigan sin ver la televisión, usar el móvil, utilizar el ordenador y los videojuegos o ir al cine me imagino que podrían ser denunciados ante el Ministerio de Cultura por coartar su libertad de expresión, interponerse en su proyecto lúdico y obstaculizar su derecho constitucional a la cultura.

Si le castigan sin la paga semanal les denunciarán ante el Ministerio de Economía por prácticas abusivas. Y si les castigan sin postre les denunciarán ante el Ministerio de Sanidad por atentar contra su salud.

Desgraciadamente los últimos ejemplos son bromas pero los dos primeros casos -los padres detenidos por castigar sin salir a su hija y la madre condenada a la cárcel por dar un bofetón a su hijo- son reales aunque parezcan bromas. Inmediatamente ha intervenido la consejera de Igualdad y Bienestar Social señalando que "se ha seguido el protocolo habitual en estos casos, tras la intervención de la Fiscalía".

Apañados estamos.

El objetivo de las leyes y las reformas educativas parece encaminado a fabricar en serie tronistas de Hombres, mujeres y viceversa, grandes hermanos, bestias asociales domesticadas ante las cámaras en programas de telerrealidad que no obvian los gritos e insultos a sus padres. Se podría cerrar el Ministerio de Educación y encargarle directamente a Tele 5 y cadenas afines la formación de nuestros hijos.

Ahorraríamos tiempo y dinero en este camino al infierno social sobre el que está escrito: dejad toda esperanza educativa.

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