Juan Antonio Solís

jasolis@diariodesevilla.es

Las realidades del derbi

Es un hecho que el Betis fue algo mejor; y otro hecho fue que Jordán lo tuvo que ver en su casa

EL gran titular de esta eliminatoria es que el Betis eliminó al Sevilla de la Copa y que lo hizo con justicia, pues puso más argumentos futbolísticos. Aprovechó el club verdiblanco la ocasión que la mano inocente de Julen Guerrero le había brindado de jugar una eliminatoria en casa, ante un rival bastante más mermado entre convocatorias africanas, lesiones de titulares habituales y ese bicho que terminó de rizar el rizo en la portería, un puesto a la postre capital para la suerte del cruce copero, como ya le pasó en la última semifinal.

Es la gran realidad que salta a la vista y le toca al bético disfrutar. Tanto al que se avergonzó e indignó por el lanzamiento del vándalo, que fue la inmensa mayoría, como al que se parte de risa con la burla de Guardado a Jordán en la celebración por el pase a los cuartos de la Copa. El mexicano ha sido listo ahí para trabajarse la renovación.

La digestión de este extrañísimo derbi ya se anunciaba pesada el sábado noche, tras la suspensión, y se confirmó nada más acabar, a pie de campo. El mismo Betis que clamaba por la falta de respeto tras su maltrato arbitral en Vallecas no profesó ese mismo respeto hacia un rival agredido: no lo hizo uno de sus capitanes, tampoco varios de sus compañeros ni algún empleado de cuello blanco en las redes. A veces, las victorias son más difíciles de gestionar que las derrotas.

Las destempladas palabras de Julen Lopetegui en la sala de prensa del Villamarín resumen el estado anímico de su club, que también clama por otro hecho objetivo, otra realidad palmaria como la de que el Betis fue mejor en este cruce para la vergüenza: Joan Jordán, el agredido el sábado, con mayor o menor violencia pero agredido, engrosó el parte de bajas ayer. Y la Española, tan citada en las redes sociales durante toda la semana pasada, dijo que a jugar.

Me temo que hoy, en oficinas y cafeterías, van a sonar demasiadas palabras gruesas. Visto cómo ha quedado el patio, bien haría la UEFA en condicionar los sorteos si hay riesgo de que los equipos sevillanos se crucen. Como hace con los rusos y los ucranianos.

Las redes sociales le han echado demasiado picante, un insoportable picante que a buen seguro le va a durar en el paladar a un amplio sector del sevillismo hasta ese 27 de febrero en que será el Betis quien visite Nervión. Este derbi no deja rescoldos como otros. Demasiada gente ha provocado una colada volcánica que seis semanas no van a apagar.

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