Espectáculo bochornoso, o bochornosamente lamentable si así lo prefieren ha sido el de la jura de los nuevos padres de la Patria, que vaya tela cómo le va a ir a la Patria con semejantes progenitores. Como en el Aleluya de Cantinflas cada uno con la suya, cada uno con la paridita ingeniosa que no viene a cuento, como la de la impresentable que hizo como que pasaba una lista tan ficticia que estaba compuesta por esos políticos que andan a la sombra por sus delitos contra el orden establecido. Y digo yo, qué habrá hecho este pobre país aún llamado España para reunir en el Congreso a tanto impresentable como el que está poniendo en juego su futuro y hasta su presente. Cómo se ha ido deteriorando la clase política hasta llegar a este estado de cosas tan incomprensibles como peligrosas, que ya se sabe que quien se ríe de la Historia acaba llorando desconsoladamente.