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Crónica Personal

Pilar / cernuda

'No' rotundo

NO deja de tener su aquel que el debate parlamentario sobre el futuro de Cataluña, sobre su derecho a decidir, primer paso de los independentistas para alcanzar su objetivo, se haya celebrado a las pocas horas de que el primer gobierno independentista de Quebec, referencia durante años para Artur Mas, haya perdido estrepitosamente las elecciones convocadas anticipadamente antes de llegar a la mitad de la legislatura: y a las pocas horas de que en Francia el nuevo jefe de Gobierno, el nacido catalán Manuel Valls, haya anunciado en su discurso de investidura la desaparición de la mitad de las provincias. Motivos económicos, motivos políticos y motivos institucionales están pegando contra la línea de flotación de nacionalistas e independentistas.

La intervención de los tres portavoces del Parlamento catalán estuvieron muy medidas: ni uno solo pronunció la palabra independencia, y lo que defendieron con uñas y dientes fue el derecho de los catalanes a decidir sobre su futuro. Todo ello aderezado con un punto de victimismo, al que los nacionalistas ya nos tienen acostumbrados.

Mariano Rajoy, con un discurso pronunciado en parte en tono sentimental, y con un planteamiento legal y constitucional muy desmenuzado, rebatió cada una de las premisas presentadas en los últimos tiempos por los independentistas, que por pura estrategia ponen ahora el acento en la celebración del referéndum, aparcando la independencia porque los datos con los que cuentan no les son favorables; un sector importante de catalanes ha comprendido que fuera de España y por tanto fuera de Europa no hay salvación, aparte de que los sentimientos también cuentan y hay multitud de catalanes que además de catalanes se sienten también españoles.

En esa misma línea, muy bien estructurada, se manifestó Rubalcaba, que planteó, como se suponía, una reforma constitucional basada en el diálogo que diera solución a los problemas que hoy tiene la España autonómica, reforma que no descartó Rajoy sin que eso signifique que el presidente de Gobierno piense plantearla a corto ni siquiera medio plazo. Pero tanto el presidente como el líder de la oposición hicieron el esfuerzo de transmitir su disposición a dialogar y a negociar, pero los dos ponen los mismos límites a ese diálogo o negociación: Cataluña no será independiente ni celebrará su consulta.

Sorprendió la intervención de Duran: intentó presentar argumentos de tipo jurídico, pero quizá porque su papel es complicado cayó en un tono excesivamente agresivo.

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