la tribuna económica

Gumersindo / Ruiz /

Un salón inmobiliario para el Mediterráneo

ESTA semana se celebra el Simed, Salón Inmobiliario del Mediterráneo, que es el principal evento inmobiliario del sur de España. Al cumplir su octava edición, el salón ha vivido los momentos más dulces y amargos del sector y la situación actual se afronta con la lógica preocupación por el estancamiento de la promoción inmobiliaria. Más allá de los descuentos en viviendas, nuevas ofertas y posibilidades de financiación, la ocasión exige una reflexión sobre actuaciones necesarias no ya para el futuro, sino con la inmediatez que el problema requiere.

Hay que decir una vez más que el sector de la construcción inmobiliaria es determinante para el crecimiento de nuestra economía y nuestro empleo. Tres de cada cuatro empleos perdidos en España en los últimos años están relacionados directa e indirectamente con el sector. Los ajustes de mercado son siempre la mejor solución, pero en ocasiones, como estamos viendo repetidamente en la recesión actual, el mercado no responde y se hace precisa alguna forma de intervención pública. Esto se justifica sobradamente cuando el riesgo y las posibles consecuencias para la economía en su conjunto son impredecibles. Como en todo problema complejo, hay que implicar a todas las partes -ayuntamientos y comunidades autónomas, promotores y constructores, entidades financieras, sociedades de tasación...- y buscar la proyección hacia posibles compradores o que tomen viviendas en alquiler, de todo tipo, autóctonos y extranjeros. Sobre todo, el alquiler exigiría constituir una sociedad fuerte con participación de capital público no mayoritario que diera salida al suelo mediante construcción para alquiler y que se financiera recurriendo a los mercados bursátiles y fondos de inversión y pensiones. Hay que evitar la sensación de que se toman medidas sueltas y transmitir desde los poderes públicos que el problema se aborda atando todos los cabos del mismo.

Los participantes en el mercado han pagado, en general, las consecuencias del exceso anterior. Ya sea las entidades financieras en sus balances, las caídas bursátiles de las cotizadas, la pérdida de valor de los inmuebles para compradores que los habitan o han invertido en ellos, los ayuntamientos que han visto descender sus ingresos y los trabajadores y pequeños empresarios del sector, todos, en mayor o menor medida, sufren, como decimos, el que la oferta haya sido considerablemente mayor que la demanda. Las situaciones no son iguales, y hay partes más débiles que viven con angustia un presente lleno de incertidumbres.

Dos cuestiones adicionales hay que mencionar: una, que los mercados de vivienda son tan diversos y peculiares, que no tiene sentido hablar de excesos de vivienda y rebajas generales de precios. Otra, que en las ofertas habría que evitar publicitar ventas poco representativas, con grandes descuentos que confunden más que clarifican el mercado. La Federación Andaluza de Promotores Inmobiliarios y la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga, que promueven Simed, han llevado a cabo en estos años una labor paciente y constante, trabajando con el sector público y el privado, y merecen todo el apoyo que podamos darle.

Tags

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios