Miguel ángel loma

Abogado

Lo que la sentencia Roe vs. Wade esconde

El caso, financiado por el editor de 'Play Boy', se basó en la mentira y la manipulación

Está de actualidad la posible revocación de la sentencia Roe vs. Wade (1973) que abriera la despenalización del aborto en EEUU y después la extendería a todo Occidente.

Esquemáticamente, los hechos del proceso fueron los siguientes: Jane Roe (nombre ficticio) alegaba haberse quedado embarazada en 1969 por la violación de un grupo de pandilleros y, bajo estas terribles circunstancias, reclamó poder abortar en Texas, que sólo lo permitía en caso de que peligrase la vida de la madre. Apelado el asunto hasta el Supremo, éste fallaría reconociendo que la Constitución amparaba la libertad de abortar al menos durante el primer trimestre de la gestación sin restricciones. Una sentencia jurídicamente muy discutible por diferentes aspectos y que dividió desde entonces a la opinión pública, pero que sólo abordaremos respecto a los hechos alegados.

Lo cierto es que aquel proceso se basó en un cúmulo de falsedades que conscientemente fueron utilizadas para manipular a los jueces y a la opinión pública a favor del aborto. Norma McCorvey (Jane Roe) confesaría en 1995 que no fue violada por ningún grupo, sino que su embarazo fue fruto de las relaciones sexuales consentidas con su entonces novio. Y que las falsedades a las que ella misma se prestó fueron maquinadas por sus dos jóvenes y ambiciosas abogadas feministas en aquel proceso, y principalmente por Sarah Weddington, que declararía años después: "Mi conducta pudo no haber sido totalmente ética. Pero lo hice por lo que pensé fueron buenas razones". Posteriormente, Norma se arrepentiría de todo aquel montaje y, convertida finalmente al catolicismo, se transformaría en una activa provida hasta su muerte en 2017. No obstante, el influyente lobby abortista seguiría atacándola y cuestionando la autenticidad de su arrepentimiento, acusándole miserablemente de haber cambiado por dinero. Como colofón de la "limpieza y transparencia" de aquel proceso hay que añadir el fundamental papel que desempeñó la poderosa organización proabortista Planned Parenthood, así como la generosa financiación de los gastos del proceso a cargo de Hugh Hefner, el magnate fundador de Play Boy que, con la legalización del aborto y la práctica de una sexualidad masculina exenta de responsabilidades, resultaba beneficiado en sus lucrativos intereses. Hefner declararía años después que "probablemente Play Boy estuvo más involucrada en Roe vs. Wade que cualquier otra compañía. Nosotros aportamos los fondos para esos primeros casos y además escribimos el amicus curiae en el caso Roe".

Tras conocer las circunstancias anteriores y en el hipotético supuesto de que falsedades de similar naturaleza se hubiesen utilizado para conseguir una sentencia negativa al aborto, ¿alguien se imagina las dimensiones del escándalo que se hubiera montado denunciando un proceso basado en la mentira; y lo poco que hubiera durado una sentencia conseguida así? Pero es que alrededor del aborto siempre se han movido muchas mentiras. No es fácil presentar como un derecho humano y algo positivo eso de matar a los hijos en el seno materno.

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