ESTUPEFACCIÓN dolorosa la que supone seguir viendo cómo los distintos gobiernos que desgobiernan este país aún llamado España se acusan de desleales. Unos a otros, el central y los autonómicos que no son de su cuerda, continúan poniéndose palos en las ruedas para seguir contendiendo en perjuicio de la ciudadanía. Recortes por aquí, recortes por allá y en plena ensalada de reducciones, la estupefacción se viene arriba cuando comprueba cómo se siguen manteniendo cargos que la simple razón dice que no vienen a cuento. Porque vamos a ver, si la Junta de Andalucía y todas sus consejerías se encuentran en Sevilla qué razón tiene que se nombren delegados en Sevilla de la Junta y de todas esas consejerías. A no ser que venga impelido para que la omnipotente y omnipresente secretaria provincial del PSOE premie y castigue a amigos y a críticos, la verdad es que parece como gasto superfluo o así.
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