Crónica Personal

El sopapo

Todos conocemos a algún agraciado con los cupones. Pero no a un perceptor de estas ayudas europeasPara los que se llevan las manos a la cabeza por el caso Will Smith, se les recomendaría mirar la política española

El sopapo o guantazo de Will Smith al humorista Chris Rock, según los puristas se ha cargado la ceremonia de los Oscar, pero en buena ley habría que reconocer que no hay nada más cinematográfico, más hollywoodiense, que un marido que se sube a un escenario para dar un tortazo a quien se ríe del aspecto físico de su mujer, más aún cuando se debía a una enfermedad conocida por todo el mundo, incluido el humorista.

En esta España actual no se ha producido una escena de tanta repercusión mediática, pero de sopapos políticos andamos sobrados. Unos más fuertes que otros, unos más comprensibles que otros, unos más hirientes que otros, pero la lista es larga y las consecuencias importantes. La última ha sido la reacción al sopapo que Casado y Egea pretendieron dar a Isabel Díaz Ayuso, que desencadenó nada menos que el cambio en la estructura de la dirección nacional del PP y la elección de un nuevo líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo.

No es el único partido en el que llueven las tortas. Colaboradores muy cercanos de Sánchez recibieron alguna que otra que les expulsó del Gobierno, y en Podemos podrían ganarse unos euros subastando sillas de pista para observar el espectáculo.

Las diferencias de criterio entre Yolanda Díaz y las dos jefas de Podemos ya no son noticia, por reiterativas, y estos días el foco se ha puesto en Canarias. La diputada Meri Pita ha pedido el paso al Grupo Mixto dado que la dirección nacional pasa olímpicamente de los diputados e impone su criterio sin escuchar a nadie. Tampoco les va bien en Andalucía, donde el sopapo fue para Teresa Rodríguez, con la que Montero tenía fuertes disonancias. En una demostración clara de antifeminismo, Rodríguez fue desbancada cuando se encontraba de baja por maternidad.

El ultimo episodio de sopapos es el propinado por una ex escolta de Montero cuando fue llamada a declarar ante un juez para dar razón de cómo una colaboradora de la ministra con cargo en su departamento, hacía de niñera de sus hijos. La escolta no sólo confirmó los hechos, sino que explicó que ella había renunciado a su trabajo porque le encargaban tareas ajenas a sus funciones, y además contó que no fue Teresa Arévalo la única colaboradora de Montero a la que le pedían que cuidara de sus hijos. También le sucedió a una periodista que trabajaba en el gabinete de comunicación del partido, y que hoy trabaja en el periódico que puso en marcha Pablo Iglesias con Dina Bousselham, su antigua asistente y protagonista del caso Dina, como directora.

Así que para los que se llevan las manos a la cabeza por el caso Will Smith, se les recomendaría echar un vistazo a la política española.

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