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Francisco correal

Periodista

El tercer estadio de Cruz y Ortiz

La última final de la Copa de Europa antes de la pandemia se disputó en un estadio construido por los arquitectos Cruz y Ortiz. La que disputaron el Liverpool y el Tottenham Hotspur en el Wanda Metropolitano. Y si todo vuelve a la normalidad, la primera final de la Copa del Rey después de la crisis del coronavirus deberían disputarla el Athletic y la Real Sociedad en otro estadio diseñado por este equipo de arquitectos, el de la Cartuja, mundialista y aldeano. Dos estadios de dos ciudades, Madrid y Sevilla, unidos por un tren de alta velocidad, que llegó a su destino por primera vez en la estación de Santa Justa, otra obra de este tándem de arquitectos galardonados con el premio Manuel Clavero Arévalo. Antonio Cruz y Antonio Ortiz fueron estudiantes en la Universidad de la que fue rector el patrono del premio. Estudiaron Arquitectura en las dos ciudades unidas por el AVE. La pandemia dejó la estación de tren tan vacía como lo ha estado muchos años el estadio, un proyecto fallido a pesar de sus calidades arquitectónicas, construido en un entorno sin viviendas, que son para Cruz y Ortiz un requisito imprescindible para hacer ciudad. Su estudio lo tienen hace décadas en la calle Santas Patronas, donde Cruz y Ortiz han compartido señorío, popularidad y cartera de buenos clientes con Alfonso, el rey de los Caracoles, un tabernero de Manzanilla que delegó el negocio de los sabrosos cuernos en su hijo. No hay en Sevilla plato más arquitectónico que una tapa de caracoles. ¡Cuánto no darían Norman Foster o Jean Nouvel por lograr un diseño semejante para alguno de sus auditorios! Pertenecen Cruz y Ortiz a una generación de arquitectos brillantes y discretos, alejados del estrellato y el bombo. Cuando Miguel Fisac acabó su proyecto de un palacio de Congresos y Exposiciones para Castilblanco de los Arroyos, se reunió con los periodistas en el hotel Doña María. Su esposa comentó que ahora todos los alcaldes querían tener un Guggenheim en su pueblo. El estadio de la Cartuja acogió dos finales de la Copa del Rey. En 1999, el Valencia venció al Atlético de Madrid. En 2001, el Zaragoza derrotó al Celta. Allí vi en 2003 el triunfo del Oporto de Mourinho sobre el Celtic y un partido de Liga Alcalá-Conquense de Segunda B en un estadio que nunca hicieron suyo Betis y Sevilla. Yo jugué en un estadio preconstruido por Cruz y Ortiz. La estación de Santa Justa se hizo en los terrenos de San Benito, del que era titular el Milagrosa en las categorías del fútbol modesto, y donde Rataplán, nombre del equipo de fútbol de Diario 16 Andalucía, jugó unas cuantas ediciones del Trofeo del Mosto, un campeonato con equipos que en su inmensa mayoría tenían nombres de bares: Bar Martín, Bar Neve, La Tahona... Un día llegó la orden de expropiación. Ya debían estar las maquetas de la estación en el estudio de Cruz y Ortiz. Y allí llegaron las máquinas, junto a la curva de Kansas City y el cuartel de la Calzada. La nueva ciudad venía en un tren y su símbolo nació en un estudio de la calle Santas Patronas.

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