Reacciona el toreo y mejor así que quedarse parado esperando el puntillazo que el mandarinato vigente desea pegarle. Los ardorosos partidarios de prohibir cuanto no les gusta no dejan de ponerle trabas al hermoso espectáculo de la corrida, pero el taurinismo parece reaccionar al fin y el empresario sevillano José María Garzón se ha erigido en adalid de la causa. El Puerto, Huelva, quizás Córdoba, Estepona y alguna más ya están negociando carteles para ofrecerlos en las condiciones a que la sanidad obliga. Es una iniciativa valiente por parte de empresas y toreros, pues las exigencias sanitarias hacen que la rentabilidad sea complicada. Pero mejor esto que perder toda la temporada y también resulta encomiable que Canal Sur apoye la idea. El toreo no debe morir y procede rebelarse contra la sarta de trabas que ponen los prohibidores vocacionales.