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Fragmentos

juan ruesga navarro

Un tranvía llamado deseo

"El gran argumento para no hacer el tranvía es que va a existir un Metro, ¿qué Metro?"

En la famosa obra de teatro de Tenesse Williams, el tranvía que termina en la calle Deseo se convierte en la gran metáfora del choque de generaciones y modos de vida que estaba transformando la sociedad norteamericana. La ciudad de Nueva Orleans es una protagonista más de la pieza teatral. En Sevilla, el tranvía hasta Santa Justa empieza a convertirse en un símbolo, una metáfora de una ciudad. No hacer por dejar de hacer.

Porque el gran argumento para no hacer el tranvía es que va a existir un Metro. ¿Qué Metro? Porque yo no veo más que la Línea 1 y no pasa por la estación. Me pueden decir que está previsto en el planeamiento, pero me parece que al Plan General ya le han puesto fecha de cierre. El Plan en el que está incluido la Red del Metro y tantas otras cosas como las pasarelas sobre el río que debían unir el Casco Antiguo con la Cartuja. Perdonen, porque iba a escribir el barrio de la Cartuja, pero me han tropezado los dedos en las teclas del ordenador, de lo poco habituados que están a escribir juntos barrio y Cartuja.

La semana pasada han desempolvado el proyecto de Cruz y Ortiz que completa la Estación de Santa Justa. No sé con que propósito, pero he recordado la primera maqueta del proyecto, por el año 1986 ó 1987, en que se empezaron las obras de la estación, y ya figuraba un complejo de edificios y servicios que rodeaba la estación, ordenando el sector.

Hace treinta y dos años. Y han pasado uno tras otro con algún intento posterior de revitalizar la idea. La estación ha sido tal acierto que recuperar la idea inicial del complejo me parece bien. Porque, nunca mejor dicho, puede ser la locomotora urbanística de todo el sector. Pero antes de todo debe convertirse en lo que demanda su gran nivel como equipamiento de transportes: ser nudo central de movilidad de la ciudad. Y para eso el complejo debe incluir una parada de Metro y un enlace con el aeropuerto. Y una estación de autobuses de corto y largo recorrido. Y por qué no, un tranvía que lleve hasta Nervión, San Bernardo, el Prado de San Sebastián, la Puerta de Jerez, el Archivo de Indias y la Plaza Nueva.

La Línea 2 prevista en la Red de Metro, que unía el barrio de Torreblanca con la Plaza de Armas y Puerta de Triana y pasaba por la estación de Santa Justa y la plaza de la Encarnación, era una buena opción para conectar la estación con el área comercial del centro. Y además incluía una extensión al aeropuerto desde el Palacio de Congresos. ¡Pero no existe..!

No me gustaría que Sevilla fuera siempre como Blanche, la protagonista de Un tranvía llamado deseo, una mujer que en su final rememora todos los engaños que había sufrido al intentar que algún hombre la rescatase: "Siempre he dependido de la amabilidad de los extraños".

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