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La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Un triste privilegio

Para nuestra desgracia nos ha tocado vivir un presente que está haciendo historia

La publicidad de un diario de tirada nacional afirma: "El presente que vivimos está haciendo historia". Por desgracia es verdad. Nos ha tocado la china (de Wuhan) de vivir acontecimientos que hacen historia. Los únicos que habíamos vivido varias afortunadas generaciones de españoles fueron los que se sucedieron entre 1975 y 1982: muerte de Franco, primeras elecciones constitucionales, 23-F y victoria electoral socialista. Desde entonces se impuso la maravillosamente estable, aburrida y antiheroica democracia. Con episodios importantes, desde luego, pero no de esos casi siempre trágicos "que hacen historia". Lo sucedido entre 1975 y 1982 fue una de las raras ocasiones en que hicieron historia hechos positivos: el camino hacia la plena democracia, con los asesinatos de Atocha y el terrorismo vasco como notas de asesina desmesura, el último prolongado hasta 2010 aunque haya tantos empeñados en relegarlo a un pasado aún más remoto y desconectado del presente que el franquismo (se acaban de cumplir 23 años del asesinato de Alberto Giménez-Becerril y Ascensión García).

Los padres y abuelos de mi generación sí que fueron conscientes, para su desgracia, de vivir un presente que hacía historia. En sus primeros 25 años de vida mi padre, nacido hace justo un siglo, fue coetáneo de la guerra de África, la dictadura de Primo de Rivera y el fin de la Restauración, la proclamación y caída de la Segunda República, el golpe de estado del 18 de julio, la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial que prolongó su servicio militar durante más de tres años por el estado de movilización expectante del Ejército español. Tenía 26 años cuando, harto, se marchó a Tánger para no regresar -salvo cada Semana Santa- hasta 1963, después que el fin del Tánger internacional en 1960 provocara la decadencia de la ciudad ("Esta ciudad se está pudriendo. Ya no queda nadie. Cuatro gatos…" escribió en La vida perra de Juanita Narboni su contertulio tangerino Ángel Vázquez). Aquella generación, y la de sus padres, sí que pudo decir, para su desgracia, que "el presente que vivimos está haciendo historia".

Desafortunadamente nos ha tocado vivir tiempos que hacen historia: pandemia mundial, muerte de más de dos millones de personas, hundimiento de la economía y suspensión de la vida normal durante un año que se alargará como mínimo otro más. Triste privilegio el de vivir sucesos históricos.

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