La vicepresidenta del Gobierno ha ofrecido otra de sus impagables actuaciones cómicas aptas para todos los públicos porque son celebradas por igual por los medios afines y contrarios, por los más listos o menos estabulados de los suyos y la oposición. Una carcajada nacional sólo empañada por la melancolía que produce constatar la altura intelectual y ética de quienes nos gobiernan. Es lo que pasa cuando se da autoridad a Carmen Calvo para representar al Ejecutivo. Improvisa con la libertad de un músico de jazz a la vez que desafina -pese a sus muchos años en altos cargos- como una novata.

El sucedido figura ya en lugar destacado en la antología de éxitos de Carmen Calvo: el Pedro Sánchez que en mayo afirmaba que era aplicable el delito de rebelión a los chicos del procés y el Pedro Sánchez que en octubre creía que no lo era no son la misma persona. "Nunca ha dicho que hubiera un delito de rebelión el presidente del Gobierno" dijo la portavoz. Y los periodistas se quedaron de estuco, como dicen los italianos. A partir de ahí se produjo el diálogo de besugos ya famoso:

Calvo: "El pasado mayo... Es que usted me ha preguntado por el presidente del Gobierno... el pasado mayo…".

Periodista: "¿No es la misma persona?".

Calvo: "Perdone que le diga, pero nosotros somos Gobierno ahora, y defendemos a la posición del Gobierno. Entiéndalo. A mí se me ha preguntado por el presidente del Gobierno…".

Periodista: "Bueno, en todo caso, ¿Por qué cambió de parecer Pedro Sánchez?"

Calvo: (silencio y gesto de esfinge atragantada)

Periodistas: (risas)

Y le dio la palabra a la ministra que comparte con Cospedal el gusto por charlar con Villarejo. A Sánchez por lo visto le pasa como a Ronald Colman en Doble vida de Cukor, la película de 1947 en la que interpretaba a un actor que acababa siendo devorado por su personaje de Otelo hasta ser incapaz de distinguir entre la realidad de su vida personal y la ficción de su actuación sobre el escenario. Y no sólo hay un Pedro Sánchez secretario y otro presidente sino que es capaz de desdoblarse diciendo digo donde dijo Diego incluso en su última evolución Pokémon como presidente. Un caso notable. Moncloa bien vale, no una misa que para eso son una fuerza de progreso apoyada por Podemos, Bildu, ERC, PDeCAT y Compromís, sino un puñado de trolas, falsedades, desmentidos o argucias. Sólo Romanones podría definirlos: "¡Qué tropa, joder, qué tropa!".