La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

El trote de la vieja Sevilla

Como Sevilla tiene más necesidades que la Carretería, la ley se pliega y la ciudad trota al paso del turismo

Al igual que hace el ingenio desplegado en las redes con motivo del proceso -desde quien al oír que el lunes salía la sentencia tomó posiciones en el Arco de la Macarena hasta el meme de los condenados meciéndose al son de cornetas y tambores mientras "el tío del papel" lee la sentencia- descansemos un poco de la tabarra catalana, tomémosla a chanza -porque es algo tan grave como grotesco- y no reconozcamos más sentencia que la del Hijo de la Esperanza ni más catalanismo que el de la hermandad de Montserrat, fundada en los felices tiempos en que eran los catalanes quienes venían a la riquísima Sevilla a hacer negocios en vez de ser los sevillanos y los andaluces los que se tenían que ir a Cataluña como mano de obra en condiciones mucho más duras que los comerciantes y pañeros catalanes venidos a Sevilla en el siglo XVI y desde luego con peor acogimiento (los charnegos). Así que a lo nuestro.

Hace un mes decía el alcalde a este periódico: "No vamos a cometer los mismos errores que Barcelona… Es imposible conseguir algo que queríamos y pensar que ya nos ha desbordado. Esto no ocurre en Sevilla. Eso es lo que piensan algunos sevillanos, pero estoy seguro de que la mayoría está a favor de lo que está ocurriendo… Las inversiones en el casco urbano, en buena parte para alojamientos hoteleros y de restauración, se han acercado a los 70 y 100 millones de euros. Si no se hubiera invertido eso tendríamos un montón de inmuebles para demoler y un casco urbano mucho peor del que tenemos. Pero estos no son los únicos usos que queremos para el centro. No queremos que se pierda más población residencial ni que se expulse al residente original, básicamente en el centro y en Triana, y por eso vamos a defender una ordenanza que limite los alojamientos turísticos".

Pues se pierde población residencial, se hace la vida imposible al residente original que cada vez más se ve forzado a marcharse, suben los alquileres, siguen desapareciendo los comercios de proximidad y resulta que el centro de Sevilla ya supera a Barcelona en saturación de viviendas turísticas. ¿Que es necesario porque en gran medida comemos de esto? Vale. La necesidad no conoce leyes, decía San Agustín. La necesidad hace a la vieja trotar, decía el refrán. Como resulta que Sevilla tiene más necesidades que la Carretería, las leyes se pliegan a la necesidad y la pobre ciudad, más que antigua vieja, trota al paso alegre del turismo.

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