La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

El uso político de la polémica del Sevilla

La moción de los cinco grupos políticos no blinda el coliseo de Nervión, que ya lo está en el PGOU

La moción de los cinco grupos políticos para aplicar un supuesto blindaje a la catalogación urbanística del estadio del Sevilla FC tiene el mismo valor que si el PSOE, el PP, Ciudadanos, Participa Sevilla e Izquierda Unida declaran estar en contra del calor en verano, a favor de la pureza de la receta de la ensaladilla o su preferencia por el sonido de la chicharra como patrimonio inmaterial de la ciudad en lugar del estruendo de una hormigonera, símbolo de la especulación que nos llevó a la crisis. El coliseo de Nervión ya está blindado en el PGOU. Lo del Pleno municipal es una declaración institucional. No tiene ningún valor jurídico. ¿Recuerdan la moción aprobada en el mismo Pleno sobre el uso del edificio de la Gavidia? Ay, lo que iba a ser la antigua comisaría (tururú) y lo que será finalmente... No sirvió de nada aquella moción, como sirve de poco la del estadio, más allá de que la clase política se ponga, como siempre, a favor del sentido de la bulla, formada en este caso por los muy respetables accionistas minoritarios. De la oportunidad de los políticos, remando a favor de la corriente mayoritaria, a la torpeza de los accionistas mayoritarios, que sí podrían haber aplicado una verdadera suerte de blindaje al introducir en el ámbito interno de la sociedad alguna mayoría cualificada en caso de que se pretendiera tramitar una recalificación urbanística. Pero siempre, siempre, la última palabra la tendría el Ayuntamiento por medio de una más que compleja modificación del PGOU. Y el gobierno es hoy de un partido, mañana de otro y pasado ya veremos. Cuestión distinta es que haya quienes están absolutamente convencidos de que la operación de venta del club de Nervión está ligada a una recalificación del estadio, cosa que genera dudas, pues parece que este tipo de operaciones tienen hoy otros enfoques: fondos de inversión agresivos a la caza de publicidad, venta masiva de productos de merchandising, gestión de activos propios (como los mismos futbolistas), etcétera. Sea como fuere, hay quien tiene miedo de que el estadio del Sevilla acabe como el del Arsenal: con pisos construidos bajo la grada y el césped convertido en una agradable zona de uso comunitario. El miedo es libre. Hasta podríamos especular, nunca mejor dicho, con la construcción de un nuevo estadio en los terrenos todavía libres de la antigua Cruzcampo. Pero es conveniente que los políticos no se anoten un tanto fácil. Quienes hoy forman parte de la Corporación municipal no blindan nada. El blindaje está en el PGOU. La ficha está en amarillo y especifica los usos "deportivos, educativos, servicios de interés público y social". No hay más. Lo del Pleno es un brindis al sol. O, como dirían los taurinos, un pase robado.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios