La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Un varapalo al esfuerzo por competir

Cuando el mundo avanza de manera inexorable, día a día, minuto a minuto, hacia una competitividad casi inhumana, en esta tierra de garbanzos se consuma el todo vale y el igualar por abajo. Aunque ya se estaba dando, ahora se oficializa el poner el rasero a la altura del sótano y el mismo trato recibirá a la hora de las becas el que raspó el aprobado que el de matrícula de honor. La matrícula de honor conllevaba la ventaja de continuar la carrera de gratis total y eso impelía a un esfuerzo en busca de la excelencia y también de la recompensa económica. Dos honores en una matrícula para el que hincaba los codos desde octubre a junio, el honor del orgullo y el de evitar que los padres tuviesen que rascarse el bolsillo más de lo que ya se lo rascaban. De un plumazo, otro puyazo al sentido de la competitividad, ese rasgo que impera en el mundo actual... menos aquí.

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