DECIDIDAMENTE, Franco ha muerto. Ni que hace treintaitrés años lo anunciara compungidamente León Herrera Esteban y lo corroborase entre lágrimas y minutos más tarde Carlos Arias Navarro, hay un juez que no terminaba de creérselo, pero tanta insistencia había en asegurar que el dictador había palmado tal día como hoy en el 75 que el brillante y empecinado togado no ha tenido más remedio que asentir y dar por bueno que lo de aquella inquietante madrugada 20-N no era ciencia ficción, ni un capítulo de Cuéntame, esa serie tan exitosa que protagoniza Imanol Arias. Está bien eso de la memoria histórica, pues no es decente que haya familias que no sepan dónde están algunos antepasados que fueron asesinados por ambos bandos en la peor guerra sufrida por este país tan rico en luchas fratricidas. Ahora que el juez ya se dio por enterado de que Franco murió, a ver qué se le ocurre ahora.