ANTONIO Nazaré se proclama triunfador de una importante feria ecuatoriana, Paco Lama de Góngora se ha convertido en imán poderoso para atraer a su rebufo a las nuevas generaciones y raro es el acto al que va que no se llena de veinteañeros y, sobre todo, veinteañeras, mientras que Manuel Escribano se pasea por París entre bastante expectación. ¿Se abre el toreo para que brillen nuevos nombres? Pues la verdad es que sería extraordinario que ante el desprecio de las figuras a Sevilla, Sevilla recibiese con cariño a los que quieren aprovechar la oportunidad que les brinda la ausencia de los de siempre. Hay que insistir, por tanto, en la vieja conseja de que como no hay mal que por bien no venga, cuando haya pasado el tiempo de los comunicados y esté el toro en la plaza, Sevilla sirva de plataforma de lanzamiento a los que ahora llegan como platos de segunda mesa.
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