INVENTO fantástico el de la Liga, ese todos contra todos que suele ser baremo fiable para sacar consecuencias así que llegue el último día. Siempre hay que jugar con todos y entre esos todos están los grandes, esos grandes a los que nunca se sabe cuándo más conviene cogerlos, si al principio o al final. Se cree que al principio puede que no estén rodados y que al final es muy posible que no se jueguen nada y ahí el ejemplo de Osasuna 2009.

Dos pesos pesados para abrir boca, con el Betis yendo al debut de Ancelotti, Isco y la compaña mientras que el Sevilla aguarda al Atlético de Madrid, ese enemigo virulento que a la voz de Diego Costa supo reavivar viejas pendencias. Son dos pruebas tremendas para abrir boca y si el Betis recibe luego al Celta de Luis Enrique, la tropa de Unai tendrá por delante otro toro de cuidado, que ha de visitar al Levante y ese no es un Levante más, sino un equipo de Joaquín Caparrós.

Después llega a Nervión el aparentemente disminuido Málaga sin Isco y de la mano de Schuster para que el Betis vaya al encuentro del Espanyol, en la vuelta de Verdú a Cornellà-El Prat. Tourmalet posterior para el Sevilla con salidas consecutivas al Camp Nou y Mestalla mientras el Betis recibe a Valencia y Granada. Pero en realidad, en el todos contra todos y partiendo de la premisa de que quien da primero da dos veces las cosas son como son y para qué los prejuicios.

Sí llama la atención que el Domingo de Ramos añada a su programa un Betis-Sevilla, algo que no es la primera vez que ocurre. Hubo un Domingo de Romo en Heliópolis o un Domingo de Pintiño en Nervión unos años antes, como el del doblete de Cardeñosa a Gustavo Fernández. En fin, que nuevamente la Liga para lo que guste mandar, el invento más brillante que parió el fútbol después del propio advenimiento del fútbol. Y, por si fuera poco, ya está aquí, a la vuelta de nada.