Veintiocho días después del nefasto 28-A, nueva cita con las urnas, esas viejas amigas desde que muerto el perro se acabó la rabia de una dictadura que no acababa nunca. La cita de hoy con el deber tiene un carácter menos complicado, pues se trata de votar a personas más que a la fidelidad del partido afín. Se trata de darle el voto a quien emita una mayor confianza a la hora de que tu calle esté limpia, el autobús no se demore demasiado y a ver si suena la flauta y el elegido baja el IBI. Veintiocho días después de que legitimáramos al inefable Sánchez para una aventura de cuatro años más hay que peregrinar nuevamente a las urnas para cumplir con el sagrado rito de la democracia. Que ya lo dijo sir Winston Churchill en su impensable batacazo electoral tras ganar la Gran Guerra: "La democracia es el peor sistema de gobierno... a excepción de todos los demás".