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Que la vida iba en serio

Vox, como el toro nacido para el luto -que diría Miguel Hernández-, se crece ante el castigo

Hasta ayer por la tarde aún eran mayoría los que pensaban que Vox se iba a arrugar si, para dejar sentir su voz en el pacto entre PP y Cs, tuviese que llevarnos hasta el borde del precipicio de una repetición electoral. Tras publicar sus propuestas, ha despejado las dudas. Vox irá a nuevas elecciones si no le conceden una parte proporcional de sus propuestas. Tiene, además, sus razones.

La primera es preelectoral. No se puede olvidar que los votantes de Vox no votaron para echar a Susana. No es que quisieran que se quedase petrificada en la Junta, pero escogieron Vox por otros motivos. Si de echar a Susana Díaz se hubiese tratado, habrían votado al PP o, incluso, a Cs. Por eso, la responsabilidad de estos partidos es mayor. A poco que se lo permitan, Vox se apuntará, pero primero los principios, porque Vox empezó por ahí, y aquí el orden de los factores sí altera el producto.

La segunda razón es electoralista. Las propuestas de Vox y su firmeza no gustan nada de nada a los que no votaron a Vox, pero a los suyos les va mucho la marcha y están cargados de razón por el ninguneo de Cs. Vox, como el toro -que diría Miguel Hernández-, se crece ante el castigo. Probablemente, la izquierda se movilizaría mucho más en una segunda convocatoria, pero Vox, si llega a las elecciones con el aval de haber defendido hasta la extenuación sus principios, no va a sufrir gran castigo entre los suyos. Y menos fuera de Andalucía, ojo.

La tercera razón es postelectoral. Más allá de las evidentes ventajas generales del cambio, Vox tiene muy poco que sacar. Todos los cargos se los han repartido ¡ya! los otros dos. No va a entrar en la Junta, de modo que no controlará el cumplimiento de los compromisos y, durante cuatro años, todas las medallas se las apuntaran sus rivales directos por el espacio de la derecha. Cuatro años son muy largos y Andalucía es tierra conservadora donde se tiende a premiar al que ostenta instituciones. Favoreciendo el cambio, Vox se pone en una sacrificada segunda fila, mientras que haciendo de oposición, llevaría su voz cantante. Pensando sólo en sus intereses, Vox está mejor en la oposición.

Desde luego, por responsabilidad política y porque sus votantes lo prefieren, apoyarán el cambio por la mitad de la mitad de sus propuestas. Si los posibles socios quieren el cambio, que se las vayan leyendo (más tranquilos) con un subrayador, y se queden con un cuarto.

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