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Previsión El tiempo en Sevilla para este Viernes Santo

Desde mi córner

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

La virtualidad, sólo de la cancha hacia fuera

Cabalgó el tiempo y ya estamos en la víspera real del partido de los partidos según Sevilla

Cuando entonces, o sea antes del confinamiento y el crujir de dientes, ya era primavera en el Cortinglés, se interrumpió con la reclusión del país en sus casas y ahora vuelve a ser con todos sus avíos de la misma manera que hoy, miércoles 10 de junio, vivimos la ansiada víspera del fútbol de verdad. Ya revolotean las mariposas por los estómagos de los aficionados sevillanos, no hay vuelta atrás y llueven las especulaciones prederbi.

Son vísperas de tensa espera, mayormente por el desconocimiento, por esos cuarteles cerrados a cal y canto que apenas dejan resquicio para las filtraciones. Ya no ha lugar para especular con las posibles bajas de Juanito y Bizcocho en cierto derbi que el irrepetible Miguel Muñoz embocaba quitándole hierro. Eran dudas fundamentadas en el conocimiento y no como ahora en que el secretismo habitual se ha multiplicado hasta el infinito a causa del confinamiento.

Y, claro, hay que quemar espacio con la cosa de los cinco cambios permitidos más cuestiones tan prosaicas como la de que no se mostrará tarjeta admonitoria por celebraciones y salivazos. O sea que el gol es celebrable con los abrazos de toda la vida y que el futbolista podrá escupir cuando las glándulas salivales toquen a reemplazo. Sin embargo, la cursilería del pasamanos que la FIFA instauró para incentivar el fair play queda abolida hasta nueva orden. Eso ganamos.

Otra novedad es la de sólo cinco personas en el banquillo, mientras los suplentes, veinticuatro entrambos equipos, estarán en banco de pista con el consiguiente distanciamiento sanitario. Variaciones para un mismo tema, el derbi, ese partido de los partidos según Sevilla que, a falta de público en la grada, contará con la mayor audiencia televisiva jamás soñada. Ya es víspera real de un partido que tendrá algo de virtualidad, pero sólo de la cancha hacia afuera.

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