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Crónica personal

Pilar / cernuda

El voto del centro

RUIZ-GALLARDÓN le ha hecho un avío a Mariano Rajoy, y el titular de Justicia ha elegido además un pésimo momento para su reforma de la ley del aborto, cuando están a la vuelta de la esquina unas elecciones europeas que no mueven el parlamento español y por tanto votar contra el Gobierno sale gratis, pero que sin embargo sí influyen en las siguientes elecciones, que sí son relevantes, porque si el resultado es muy malo, los votantes no habituales del PP se retraen.

Esta semana se producirá un hecho en el Congreso de los Diputados que tiene su aquel: los diputados deberán votar en urna, y en secreto, una iniciativa del PSOE por la que se pide al Gobierno que retire la ley Gallardón. Los socialistas ya pusieron a prueba en el pasado la lealtad de los miembros del PP cuando pidieron que se pronunciaran sobre el apoyo español a la guerra de Iraq, y el resultado fue que no se perdió un solo voto en el camino, incluso Rodrigo Rato se alineó con la posición oficial aunque era de dominio público que había tenido más de una discusión con Aznar por no estar de acuerdo con su seguidismo respecto a Bush. Ahora puede ocurrir lo mismo, aunque es evidente que en el PP hay discrepancias profundas sobre el contenido de la ley Gallardón y sobre todo por no consensuarla previamente ni siquiera con la gente del partido … y advirtiendo el ministro que no pensaba admitir cambios. Rajoy le enmendó la plana públicamente al decir que tenía que buscar el mayor consenso posible.

Independientemente de las cuestiones morales, que pesan mucho, Rajoy tiene miedo a perder el voto que es fundamental para mantenerse en el Gobierno: el centrista. Hace tiempo que sabe que el voto conservador es fiel al PP a pesar del descontento; pero mayoritariamente es un voto que se mantendrá aunque una minoría se incline por formaciones que han nacido precisamente para hacerse con los descontentos. El problema está en quienes se sienten más de centro que de derechas, que según todos los sociólogos es el bloque más amplio del espectro español, y donde pescan PSOE y PP.

Rajoy ha desencantado a muchos españoles, pero Rubalcaba todavía más, por eso el presidente confiaba en mantener al centro a su lado. Pero la ley Gallardón ha entrado en el área centrista como elefante en cacharrería. Los que están junto a Rajoy coinciden en señalar que, después del empleo, lo que más le preocupa es cómo reconducir el debate sobre el aborto. El asunto se le ha ido de las manos.

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