No me duelen prendas cuando afirmo que, en líneas generales, la mayoría de los consagrados poetas y escritores del siglo XX han bebido de las fuentes literarias de los grandes poetas clásicos del Siglo de Oro español que han pasado a la inmortalidad. El hecho de manifestarlo públicamente ha sido porque me ha ocurrido un caso fortuito, al estar leyendo la novela de Cervantes La historia de los trabajos de Persiles y Sigismunda, al comprobar lo que he afirmado al principio de este comentario; donde el poeta sevillano Luis Cernuda, para construir el poema “Despedida”, incurso en su obra Desolación de la quimera (1962), no cabe duda de que debió de inspirarse en el prólogo de la novela de Cervantes antes indicada, por la similitud literaria de los conceptos y de las expresiones, que Cernuda describe poéticamente, cercano ya el año de su muerte el 5 de noviembre de 1963 en Ciudad de Méjico.