Esta clasificación penal ha sido el sustitutivo de la ejecución del condenado a la pena de muerte en las sociedades democráticas, donde reconocen que el hombre no tiene facultad para acabar con la vida de un semejante, cuando sólo Dios es el único que tiene dominio sobre la vida y muerte del ser humano. El buenismo de estas sociedades le ha quitado hierro a la cadena perpetua, adornando la expresión con el poético calificativo de "prisión permanente revisable", donde todavía han salido a la palestra algunos políticos y colectivos que son contrarios a este tipo de prisión, por considerarlo infrahumano, sin posibilidad alguna de redención. El asesino de este niño de 9 años ocurrido en un pueblo de La Rioja es un candidato irrenunciable a la cadena perpetua. Por este motivo, las unidades de tratamiento de las cárceles españolas tienen sobre sus hombros una gran responsabilidad cuando se les plantea la decisión de establecer cambios de grado en los penados e incluso facilitar permisos reglamentarios a reos con un historial de peligrosidad social irrecuperables, como es el caso de este individuo, que por su historial anterior, es carne de presidio permanente. Finaliza este año con el desconsuelo de esta triste noticia, que tanto afecta a las familias con hijos de la edad de esta criatura. En este valle de lágrimas, nuestro sincero pésame a sus familiares.