Hace casi dos meses sufrí un accidente de motocicleta en la calle Luis Montoto ocasionado por la imprudencia de un conductor. No quiero entrar en detalles porque me hace daño recordar todo aquello que pasó. Me auxiliaron muchas personas que se encontraban tranquilamente en un bar cercano. Fueron todos extraordinarios. Es una pena que no pueda agradecerles personalmente todo lo que hicieron por mí, pues no me podía mover a causa de la fractura y heridas que sufrí. Sólo los escuchaba, pero no los veía. En una sociedad en la que casi todos van a lo suyo, yo me encuentro diariamente con gente buena y veo a Dios en todos ellos. Quería destacar a una persona en concreto por su humanidad, profesionalidad y cercanía: la agente Rosa, Policía Local de Sevilla. Fue como un ángel para mí derramando consuelo y tranquilidad en esos momentos tan difíciles. Gracias Rosa, por esos momentos que me dedicaste y por tu trabajo bien hecho. Que Dios te siga bendiciendo y protegiendo.