De siempre me ha intrigado el ver, en la televisión o en vivo, a algunos orientales con mascarilla por la calle. Desconocía si era para evitar infectarse de algo o si era para evitar infectar a alguien cuando ellos están enfermos. Es una costumbre que en Occidente no tenemos, aunque últimamente, con la proliferación de alergias, se están viendo algunas personas utilizándolas.

Pero la crisis que estamos viviendo con la pandemia de Covid-19 ha puesto de moda esta prenda de protección. Recientemente nos hemos enterado de que Sanidad, en una reunión el 27 de enero con responsables de la Policía, les afeó la alarma social que estaban creando con el uso de mascarillas, ya que el jefe del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de esa institución había dictado normas recomendando el uso de mascarillas. Por cierto, dicho responsable ha sido apartado de sus funciones.

También han sido numerosas las manifestaciones, en redes sociales, de médicos de centros de salud en las que manifiestan que les han presionado para no utilizar mascarillas para no crear alarma social. Siendo un virus cuya vía principal de penetración son la nariz y la boca, y que hay muchos infectados asintomáticos, me choca mucho que no se haya obligado el uso de esta prenda desde el mismo día que se decretó el estado de alarma.

¿Cuántos contagios e incluso muertes se podrían haber evitado? Pienso que todos deberíamos llevarlas en el caso de tener que salir de casa, aunque sean caseras. Hay infinidad de información en internet para su confección y pueden dar un grado de protección bastante alto.

Quizás, cuando todo esto termine, esta prenda de protección se ponga de moda y todo aquel que se encuentre aquejado de alguna afección respiratoria la utilice, con lo que reduciríamos los daños que anualmente produce la gripe. 

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios