La misma idea de hacer la Selectividad, la Selectividad de siempre, en las actuales circunstancias es una auténtica locura. Piensen que habría que hacinar a millares de chavales en espacios siempre reducidos en los que la sudoración, la tos, el picor de ojos, los tocamientos de pelo y cara son la norma debido al calor, el nerviosismo y la falta de horas de sueño. Es decir, se somete a un riesgo altísimo tanto al alumnado como al profesorado, incluso si se dota a las más de 200.000 personas que van a participar de geles desinfectantes, mascarillas y gafas/pantalla (sin esos elementos ya sería un auténtico crimen).

¿Llevarán EPI los profesores o al menos las gafas y mascarillas de calidad? Recordemos, además, que son dos o tres pruebas de hora y media cada día, con un intervalo de media hora entre ellas. ¿Cómo gestionas esos descansos de media hora? ¿Qué van a hacer esos millares de estudiantes que en circunstancias normales van al baño, se reúnen para desayunar, se van juntos a fumar, se abrazan para darse ánimo...? ¿Cómo se evitan esas situaciones si las pruebas se siguen centralizando en unos pocos lugares? ¿Se puede controlar a una masa ingente comida por los nervios y la preocupación?

¿Cómo gestionar eso si se pretende mantener el modelo convencional de Selectividad? ¿No es un desatino que ni Gobierno ni oposición ni sindicatos, ni asociaciones de padres y madres, ni colectivos de estudiantes planteen alternativas? ¿A qué estamos esperando?

Algo hay que hacer al respecto y hay que hacerlo ya, porque, realmente, nos la estamos jugando. Urgen respuestas razonadas y razonables.