Hace dos años que Sevilla en abril no es la misma, dos años que no relucen tanto las calles, dos años del momento en el que toda Sevilla se unía y disfrutábamos del alumbrado, dos años de que no nos olvidamos de todo y somos felices por unos cuántos días. El Covid-19 nos ha quitado una parte de Sevilla, una fiesta inigualable donde lo pasábamos a lo grande, pero pronto Sevilla va a volver a ser lo que era y lo que todo el mundo desea, una Sevilla de flamenco y chicotá, de rebujito y de cera, de farolillos y capirotes. Más pronto que tarde volveremos, Sevilla. 

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