La mayor fortuna política es que las crisis económicas te pillen en la oposición. Los ciclos favorables o desfavorables que tan difícil explicación tienen hasta para los expertos marcan mucho más que los políticos. Los pésimos datos del paro, los indicadores de desaceleración y los numerosos conflictos internacionales está creando un presagio de mala racha que irremediablemente perjudicará a quien esté gobernando. De ahí la importancia que tiene ostentar el poder o estar en la oposición en los momentos de crisis. Mientras el que gobierna tiene que apechugar con los malos datos, la oposición se dedica a denunciarlos y exponer sus recetas milagrosas para acabar con ellos.