Luis Javier Guajardo-Fajardo

Por la espalda

Cada día tenemos más claro que las preocupaciones de los ciudadanos de a pie y las del Gobierno no son las mismas, o eso nos están haciendo ver ellos mismos. Mientras todos nos preocupábamos por las nuevas medidas y los nuevos brotes, Sánchez se preocupaba por implantar la polémica ley Celaá, a traición y sin tener en cuenta a millones de españoles. Pero éste no es el primer caso.

Cuando se nos caían las manos aplaudiendo a los sanitarios que luchaban en primera fila contra el virus y salvando miles de vidas durante el confinamiento, el Gobierno, una vez más, preparaba la ley de la eutanasia para legalizar justo lo contrario. Por ello, no debemos ser borregos, sino remar contra corriente, dando ejemplo para poder pedir cuentas en un futuro a los que nos traicionan. 

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