La tolerancia no es indiferencia ni aceptación. Sólo merece ser tolerado lo que nos desagrada o lo que desafía a nuestros principios o formas de vida. Si algo nos deja indiferentes o lo aceptamos sin más, nuestro concepto sobra, carece de sentido. La indiferencia es una forma de otorgar el consentimiento a las peculiaridades identitarias de alguien o a sus usos y costumbres. Eso no significa que "todo" deba ser tolerado. Si ese fuera el caso, el concepto sería superfluo. La tolerancia sólo tiene sentido en la medida en que quien la practica podría también no hacerlo.
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