TRÁFICO Cuatro jóvenes hospitalizados en Sevilla tras un accidente de tráfico

No sé quién eras, mujer. No sé de qué color eran tus ojos, ni cómo era el gesto de tu sonrisa. No sé cuáles eran tus sueños y anhelos, o si alguna vez bailaste bajo la luna, imaginando ser la hechicera de algún bosque encantado.

No sé cuales serían tus pretensiones, ni cómo imaginabas tu vida futura. Pero sé que la sombra de un monstruo debió plantarse ante ti. Alguien escogería ser el guardián de la luz de tus ojos, y decidió un día apagarla sin más, truncando así tus sueños. Ya no podrás bailar, ni reír, porque alguien se otorgó el poder de los dioses y decidió provocar tu último suspiro. Nosotras no queremos ni una más, nosotras nos queremos vivas. Ojalá hubieras podido escapar de la que seguramente fue por mucho tiempo tu pesadilla. Ojalá yo no estuviera escribiendo esto.

Desgraciadamente, son muchas las mujeres que han tenido tu misma mala fortuna, tropezando un fatídico día con el que acabaría siendo el verdugo de su vida. Ojalá, ahora, cualquier mujer, víctima de la sombra de esta otra pandemia, la de la violencia de género, pueda escapar hoy mismo, y ser la dueña de su vida y seguir bailando bajo la luna, siempre. No sé quién eras, pero descansa en paz, mujer. ¡Ni una más! 

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