Cuando todo esto termine, tendremos que reflexionar sobre tantas y tantas cosas que nos hacen pensar que nada ocurre sin un propósito. Cuando todo termine podremos ver que nuestra Madre Naturaleza endereza nuestro camino de vez en cuando para evitar que los extremos acaben con los bienes más preciados y para ello por desgracia, a veces haciéndonos pagar un precio muy alto.

En unos tiempos en los que la sociedad se había vuelto egoísta, en los que la gente pensaba que nadie necesitaba de nadie, que a nadie le importaba lo que les ocurría a los otros; en una sociedad podrida que nos estaba llevando a la destrucción, en la que los políticos hablaban de guerras por intereses económicos, hablaban de destrucción del planeta sin poner verdaderos medios para evitarlo si esto conllevaba pérdidas económicas; en una sociedad en las que los políticos sólo actuaban por la ocupación de los sillones, en las que la independencia y el llenar de insultos a los adversarios políticos eran las únicas noticias que se emitían por la televisión, amén de los programas basura que nos ponían al día de lo más bajo de la convivencia humana; en una sociedad en la que las familias se identificaban sólo por los apellidos ya que la convivencia dentro del hogar no existía o, lo que era peor, no se podía ni siquiera llamar hogar. En resumidas cuentas, una sociedad totalmente materialista, egoísta y sin apego a la familia ni al prójimo.

Con este panorama, la Madre Naturaleza se ha visto forzada a actuar para llevar todo a la normalidad, porque ella es tan sabia que evita los extremos. Con todo este panorama, la Madre Naturaleza ha hecho que suframos en nuestras carnes por el miedo de perder lo más preciado de la vida, que no es otra cosa que la misma vida, la nuestra pero también la de nuestros seres queridos, la de nuestros amigos y enemigos, la de nuestros conocidos y desconocidos.

Ha hecho que dejemos a un lado nuestro caminar individual y egoísta para que caminemos juntos y no sólo por nuestro propio bien, sino por el bien de todos. Ha hecho que convivamos en familia como aquellas de entonces en cuyo seno aprendíamos a vivir. Ha hecho que todos estemos en cada momento preocupados e interesados por una amenaza a lo más esencial de la vida y que nos olvidemos de tantas y tantas noticias políticas de tantas disputas por quienes ostentarán o no el poder, de noticias de independencia, de noticias de guerras provocadas por intereses económicos, etcétera.

Cuando todo pase, porque pasará como todo en la vida, habremos aprendido una muy importante lección, habremos aprendido a saber qué es lo que tenemos que saborear de esta vida que se puede ir en un cerrar y abrir de ojos y habremos aprendidos a ser más humanos y mejores personas.