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El Gobierno ha perdido el norte

En vez de centrarse en la lucha contra el coronavirus, el Gobierno se dedica a pactar con los herederos de ETA el mercado laboral español

La política española vivió ayer uno de los momentos más bochornosos y surrealistas de los últimos tiempos a cuenta del pacto entre los partidos del Gobierno (PSOE y Unidas Podemos) y la formación batasuna Bildu para derogar la reforma laboral impulsada por el Ejecutivo de Rajoy. Todavía ayer no se sabía muy bien si, como decían los socialistas, dicho pacto era para cambiar sólo una parte de la actual legislación que regula el mercado del trabajo o si, por el contrario, como afirmaba con contundencia el vicepresidente Iglesias, era para su completa aniquilación. En cualquier caso, fue un espectáculo lamentable y vergonzoso ver a miembros del mismo Gobierno defender cosas completamente distintas en los medios de comunicación. Alguien del Ejecutivo está mintiendo descaradamente a la sociedad española y es urgente saber quién.

Tanto la forma como el fondo de lo ocurrido son absolutamente rechazables. En primer lugar porque dicha alianza, forjada para garantizar la abstención de Bildu en la votación para la quinta prórroga del estado de alarma, se intentó camuflar cínicamente como un acuerdo entre partidos y no como una operación gubernamental en la que están estrechamente implicados Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Y si así fuese, lo único que indicaría es la absoluta falta de control del presidente del Gobierno y secretario general de los socialistas de lo que ocurre en su partido. Todo se hizo en secreto, ocultando a la ciudadanía, e incluso a algunos de los ministros afectados, que se estaba negociando con una formación radical, heredera política de la banda terrorista ETA, nada más y nada menos que el mercado laboral de España en unos momentos en los que estamos inmersos en una profundísima crisis socioeconómica. Tanto los empresarios como los sindicatos, que han sido del todo ninguneados, mostraron ayer su estupor ante la noticia, que coloca al Ejecutivo en un nivel de desprestigio difícilmente superable. Todo es más grave si se tiene en cuenta que el Gobierno no necesitaba la abstención de Bildu para sacar adelante dicha quinta prórroga del estado de alarma. De hecho, ayer, muchos veteranos analistas no acertaban a explicar qué es lo que había pasado.

El Gobierno, cada vez más dividido e inoperante, en lugar de centrarse en la lucha contra el coronavirus, se dedica a realizar pactos innecesarios con los herederos de ETA. No se ha podido hacer peor. Esto debe tener consecuencias. Hoy por hoy, el Gobierno ha perdido el norte.

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