Un total de 255 personalidades de la vida intelectual y social española han suscrito un manifiesto en el que reprochan al PSOE haber quebrado su proyecto político y le piden que vuelva a ser un partido "comprometido con el cumplimiento de la letra y el espíritu de la Constitución de 1978, expresión genuina del pacto de concordia alcanzado durante la transición". Tanto por la nómina de firmantes, algunos de cuyos nombres más destacados -periodistas, juristas, intelectuales y empresarios, entre ellos- recogía el jueves este periódico, como por el análisis de la deriva del Partido Socialista que contiene, el manifiesto debe ser valorado como una aportación valiosa en unos momentos especialmente complicados de la política española. Pedro Sánchez, con la política de alianzas con la que conformó su Gobierno de coalición y con los apoyos parlamentarios que ha utilizado para garantizarse la estabilidad, ha comprometido el papel de partido sistémico y garante del orden constitucional que el PSOE desempeñó desde la llegada de la democracia. Durante esta legislatura y en especial durante los últimos meses diversos acontecimientos, desde la chapuza de la ley del sólo sí es sí hasta las reformas penales ad hoc para los líderes independentistas catalanes han encendido todas las alarmas, hasta el punto de que, en opinión de los firmantes, el proceso emprendido podría acabar "destruyendo la nación política española". Esa alarma se extiende también a muchos dirigentes y militantes socialistas que ven cómo los principios que han sustentado durante décadas se han visto conculcados. Pero salvo excepciones -como las de los barones regionales Javier Lambán y Emiliano García Page- el silencio es la tónica dominante en el partido. Es especialmente significativo el de la principal federación socialista por militancia y trayectoria histórica: el PSOE andaluz y Juan Espadas permanecen mudos ante una deriva que tiene mucho que ver con la profunda crisis y la falta de proyecto que padece el socialismo andaluz.